lunes, 3 de octubre de 2011

SITUACIÓN CÁRCEL NACIONAL DE BELLAVISTA, 1997 Y 1998

Debido al mal momento histórico por el cual trasegó el Ejército Nacional durante la segunda mitad de la década del 90, como oficial activo del mismo llegué a estar recluido en la Cárcel Nacional de Bellavista, en Medellín a finales de 1997 y principios de 1998.

Mi captura se hizo de forma irregular, pues fui citado para dar una declaración en un juzgado regional de Medellín en el sector de la Alpujarra; allí me hicieron pasar a un salón donde supuestamente se haría la diligencia pero en el lugar se encontraban cinco agentes del CTI quienes procedieron a capturarme y a llevarme hasta la cárcel de Bellavista.

La orden de captura y la boleta de encarcelamiento venía directamente desde la Unidad Nacional de Derechos Humanos, en Bogotá y por orden de Virgilio Hernández Castellanos, director de la Unidad iba con destinación específica para el patio No.5, donde se tenía un plan por parte del E.L.N. para asesinarme.

Fui capturado y recluido en la cárcel de bellavista un siete de diciembre de 1997, era un viernes y el fin de semana un puente, es decir, que si podía realizar alguna acción jurídica para cambiar de sitio de reclusión tenía que esperar hasta el martes siguiente; contaban los bandidos con tres días para lograr su objetivo.

Por gestión del comandante del Batallón de Policía Militar No.4, TC. Tirado Vélez, me ubicaron en el patio No.12 que quedaba aledaño a los demás patios pero no tenía comunicación directa con ellos; sin embargo el día sábado llegaron a la puerta del patio a preguntar si allí estaba un capitán que debían haber traído.

Desde el jueves seis de diciembre sabían en la cárcel que iría un oficial del Ejército detenido que había estado en Segovia, Antioquia y como se puede colegir el plan ya estaba urdido con anterioridad y para esto la fiscalía prestó su apoyo.

Debido a esto y a las recomendaciones del Comandante de Batallón, yo tenía vigilancia especial, no podía salir a ningún área común y si necesitaba asistir a la enfermería u odontología, tenía que ir escoltado por varios guardianes y no se permitía que otro interno se me acercara, de esto consta en los escritos de las minutas de guardia del patio; se interpuso una acción de tutela para proteger mi vida con base en las informaciones suministradas por unos internos y otros particulares donde se daba cuenta del plan que habían gestado para asesinarme y que lo ejecutaría un tal “Castellanos”, al cual le habían pagado veinte millones de pesos pero eso no prospero porque ahí estaban implicados miembros de la fiscalía; la carpeta con esa documentación la tenía el My. Jorge Romero Romero,  en ese entonces ejecutivo de la PM 4, hoy Coronel no sé donde se encuentre, allí hay suficiente información.

En dos oportunidades quisieron ingresar al patio para atentar contra mí, la primera un interno de la casa del patio, es decir el encargado de la vigilancia no lo permitió y alertó al resto incluso dos internos del patio permanecieron junto a mí, porque si me pasaba algo dentro del patio a todos los de la casa los trasladaban, ese era un pacto que se tenía allí. La segunda fue durante una revuelta generada en los otros patios, evento que aprovecharon los del patio cinco para tratar de ingresar al doce, pero Fernando Del Valle y el señor Álvaro lo advirtieron y permitieron organizar la defensa; ellos eran el sacristán y el señor de las fotocopias respectivamente, trabajan en esos lugares y eran internos del patio doce, funcionaban como la red de inteligencia y contrainteligencia y eran los  que me prevenían de todo movimiento, les encargaron la seguridad externa del patio.

El abogado Danilo Leytón de la defensoría militar tiene una documentación mía donde hay un sinnúmero de informes y otros papeles relacionados con la estadía en Bellavista y sirven de apoyo para todos estos datos.

Estoy preparando un informe con datos al detalle y nombres de lo referente a estos hechos. Cordial saludo, Rodrigo Cañas Forero.     

No hay comentarios:

Publicar un comentario