CARTA A UN HEROE

Soy feliz desde que tengo la certeza de saberte mi amigo del alma que aunque lejos físicamente tú en tu ciudad y yo aquí a pesar de las distancias, siempre, día a día, todos los días, cerca muy cerca, a mi lado estás si me siento agotada si me siento triste si tengo problemas si estoy con alguna pena tu nunca me abandonarás.

Y si te encuentras conmigo como pronto hemos de estar en las noches de calor del verano caminando en un parque conversamos nos reímos y felices compartimos
en armonía la congruencia de nuestra frecuencia que se identifica porque somos amigos y hoy creo en tu inocencia 

Amigo querido siempre brindándome apoyo siempre abrigando la esperanza del entusiasmo, del nuevo proyecto de la lucha que tenemos por conquistar el espacio, el mundo, la vida, por escribir un poema por escribir un buen libro por dar felicidad
por ayudar al necesitado.

Nuestros anhelos son simples pero bellos vuestra lucha ardua y constante sentimos que pocos son los que nos entienden menos aun los que nos comprenden pero nosotros no tenemos que contarnos mucho porque nos adivinamos, nos intuimos,
nos leemos los pensamientos. Nos conocemos de hace miles y miles de lunas. 

Cuando llegue el invierno llegaran a darme calor con sus palabras me abrigaran con sus poemas me cubrirán con sus consejos derretirán la nieve de mis dudas y temores de mis miedos y mis sinsabores, las noches de desvelo, la soledad de otras vidas, y como los rayos del sol del nuevo amanecer me brindaran su sabio y maduro consejo, cuando dudo, cuando tropiezo, cuando me caigo, me pondrán melodías maravillosas con los cantos alegres de 8n viejo amigo que te recuerda en la distancia.

mis amigos de luz de almas viejas, mis ángeles con alas invisibles que despiden plumitas blancas, que moran dentro de mí, en el huerto de mi alma, que siempre están conmigo, en el tiempo sin tiempo, sin edad ni relojes, sin horarios, ni calendarios, en las tristezas, en los problemas cotidianos, en la pobreza y en la riqueza en la salud y en la enfermedad, compartiendo nuestros conflictos humanos,
y a los locos que nos intoxican en las alegrías, en la tarea, en la entrega, en la lucha, y en las penas, cuando podemos comer caviar, o contentarnos con una simple aguadepanela o una sopa.

Con todo mi amor, aprecio, respeto y agradecimiento a mis queridísimos amigos
aunque a todos no los conozco desde algún lugar les envió un abrazo.